Buenas noches, bastante largas ya... la una y media de la madrugada y vengo a cumplir un deseo de cumpleaños a destiempo y con ciertos sentimientos de temor ante las reacciones...
Todos tenemos archivados en los códices pontificios de nuestra memoria momentos místicos y apoteósicos que no deberían sumirse jamás en las sombras tibias del "pasó simplemente"... yo viví uno de estos en Córdoba junto a una personita magnífica a la que he tomado muchísimo cariño... aquí os dejo el poema que me inspiró ese momento, el hijo del acto poético... disfrutad de toda la actualización.
Por cierto, creo que esta es la entrada nº 50 del blog... felicidades, tribulaciones, estas hecha una mujercita mayor. Besos y abrazos a tod@s...
A ti, a ella
(Cuando esa persona sabe
que es para ella, no son necesarias
explicaciones...)
Inocente, mínima…
Lejana y consciente
del robo a mano armada
que cometía contra mí.
En la nación del te quiero
no hay leyes sin respeto,
no hay carteles, no hay dinero…
Magistral, blanca…
La teoría de su sonrisa
y su rostro de cristal
hacían las delicias
de alumbrar “El Arenal”…
Las manos cálidas de armonía,
el “me voy” negándote el olvido…
Solemne, mágica…
Así se me mostró,
destrozándome las razones
y llevándose mis columnas…
Una flor por su beso,
beso húmedo a destiempo,
cráter de no tener
tiempo de más, de caerse muerto
escupiendo locuras
en forma de versos ciertos…
Un triatlón de sensaciones
fue ese beso de mi historia,
la fractura de no saber
a dónde mirar…
El cerrar los ojos y ver esa sonrisa
coronada por la voz imprescindible…
En la rueda de reconocimiento
del mañana oscuro
todo lo solucionaré
con el recuerdo de tus besos…
A la sombra de la judería
abandoné la armadura
que tu terminaste de oxidar.
Lástima, pereza, princesa,
deberte solo en valor una mísera flor…
Por tu culpa hoy vuelvo
con mis loas al amor…
Luis Díaz