Basta leer un artículo en un
conocido diario de Internet sobre la nueva ubicación de una de las
organizaciones masónicas españolas para que recobre fuerza el enorme problema que
sufre la Masonería en nuestro país. Cualquier mención hacia la Orden del Gran
Arquitecto del Universo y comienzan los insultos, las valoraciones infundadas,
las amenazas o las burlas. Entonces, si ya ocurre, ¿por qué un nuevo artículo
sobre algo que ya se ha escrito?
No oculto mi condición masónica.
Soy masón desde hace varios años (ni muchos ni pocos, simplemente años) y desde
hace dos aproximadamente hablo de forma abierta sobre mi condición, siempre
desde el respeto a la Orden, al resto de los Hermanos y a la Historia. Sin
embargo, creo que el silencio, el mirar para otro lado ante estas situaciones,
nos hace más mal que bien. Quienes han criticado a la Masonería desde las
editoriales o las productoras de documentales con posturas poco científicas,
amarillistas o desde la teoría del complot, han sido más numerosos que aquellos
que desde el ámbito de la experiencia o del mundo académico se han decidido a
romper una lanza por una organización defensora de la libertad y los derechos
humanos.
Cierto es que tal situación ha
ido cambiando. Cada vez son más numerosos quienes investigan desde el ámbito de
la educación la evolución de la Masonería española, eliminando mitos y
construyendo incluso “un método” desde el que acercarse a una organización tan
particular que mezcla lo simbólico con el crecimiento personal y la defensa a
ultranza de valores y derechos que nos pertenecen a todos por ostentar la
simple categoría de humanos.
Sin embargo, también he notado,
al menos subjetivamente, un aumento de los ataques, llegando incluso a amenazar
con quemar la nueva sede de la Gran Logia Simbólica Española y el Supremo
Consejo Masónico de España[1]
el día de su inauguración. No es nueva esta situación: la semana del 14 de
julio de 2014 la sede de la Gran Logia Provincial de Madrid, de la Gran Logia
de España – Grande Oriente Español, fue víctima de la furia fanática de
miembros de la extrema derecha con alusiones al dictador Francisco Franco o
relacionando a la Masonería con una ideología política en concreto[2].
En muchas ocasiones se ha
achacado al “oscurantismo” de la Masonería sobre sí misma la responsabilidad de
tales actuaciones. Como si la víctima fuese responsable de la acción del
verdugo. Sinceramente, me posiciono en contra radicalmente de tales
afirmaciones. La Masonería es una organización legal dentro del marco de la
Constitución Española de 1978 y de la correspondiente legislación del marco de
asociaciones civiles, reconocida internacionalmente, con páginas web, sedes
completamente visibles y responsables electos los cuáles siempre están
dispuestos a explicar a medios de comunicación y particulares qué es la
Masonería y el por qué de su existencia. Al menos desde hace varios años, y
hablo de la Gran Logia de España – Grande Oriente Español porque es en la
organización en la que desarrollo mi vida masónica, se viene viviendo un
proceso de apertura ante la sociedad en el que sin tapujos de ningún tipo se
habla de la organización, su historia, sus principios, su utilidad, su presente
y su futuro tanto a medio como a largo plazo. Se organizan conferencias, mesas
redondas, cenas abiertas, semanas masónicas e incluso, un desfile hace poco
tiempo en la isla canaria de La Palma[3],
todo unido a una intensa actividad de carácter benéfico y filantrópico en todo
el país.
Entonces, ¿es el oscurantismo o
el deseo de encontrar chivos expiatorios? ¿Alguna vez se acabará esta manía
persecutoria contra quienes únicamente hemos encontrado en la Masonería un
método de trabajo interior para ser cada día mejores? No somos súper hombres:
únicamente somos hombres queriendo ser más útiles a nuestras familias, nuestro
círculo más cercano, nuestros compañeros de trabajo y nuestra sociedad, movidos
por ideales tan puros como la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.
Habrá quien diga que exagero y
que rozo (o cruzo sin ruborizarme) la demagogia. Muy bien: las cifras están
ahí. No fueron pocos los masones que fueron a la cárcel, tuvieron que exiliarse
de nuestras fronteras o directamente fueron asesinados por haber llevado un
mandil. Algo que contrasta, sinceramente, con el poco o nulo reconocimiento que
España hace a una organización de hombres libres y de buenas costumbres que fue
un objetivo tan claro de la barbarie franquista que llegó a merecer el dudoso
título de crearse para ella un tribunal especial compartido con el comunismo
(como si a fin de al cabo, tuviesen algo que ver).
Únicamente, como ciudadano
español y como masón, ambas características llevadas con orgullo y respeto,
respeto. Respeto a aquellos que simplemente por saber que existen logias creen
que la conspiración es real, cuando las teorías complotistas han sido
derribadas desde los argumentos en multitud de ocasiones por grandes
investigadores del mundo académico. No nos regocijemos más en el hecho de que
nuestra actividad es discreta: nos ampara la ley a decidir el método de entrada
en nuestra organización y a mantener para nosotros aquello que hablamos y
hacemos. ¿O es que cualquiera puede ir a sedes de otras asociaciones a exigir
conocer de primera mano sin derechos de miembro activo qué es lo que se
concluye en asambleas, ejecutivas o cualquier otro órgano de funcionamiento
interno y autónomo? ¿Es por ello que sindicatos, partidos políticos,
asociaciones de la tercera edad o grupos culturales están organizados
secretamente para subvertir el orden constitucional y el sistema a nivel
mundial?
Como masón respeto la sociedad en
la que vivo. Tanto, que intento mejorarla en el ámbito que me compete. Me
consta que mis otros hermanos piensan así. Para mí, no hay ningún ser humano
por encima de otro. Para ellos, podría afirmar que tampoco. Pero también es
cierto: yo no acuso a ninguna organización de existir para conspirar contra
ningún estado o religión. Me encantaría que con la Gran Logia de España – Grande
Oriente Español, así como con toda la Masonería en general, ocurriese lo mismo.
Que cada cual encuentre su camino, manifestando el mayor respeto hacia el que
eligen los demás. Conocernos nos enriquece. Atormentarnos, nos envilece.
Luis Díaz
[1]
CAÑIZARES, María Jesús: “La
Masonería inaugura sede en Barcelona con amenazas de la extrema derecha”, El
Español, Crónica Global, 14/09/2016 [http://cronicaglobal.elespanol.com/vida/masoneria-abre-sede-en-barcelona-con-amenazas_60927_102.html.]
[2]
EL ORIENTE (Publicación de la Gran
Logia de España – Grande Oriente Español),
“La Masonería española ante el ataque de su sede en Madrid”,
referenciado en www.diariomasonico.com,
14/07/2014, [http://www.diariomasonico.com/noticias/la-masoneria-espanola-ante-el-ataque-de-su-sede-en-madrid]
[3]
MARTÍN, Digna, “La Masonería renace
en La Palma 80 años después de su exterminio por la represión franquista”, El
Apurón, 02/09/2016 [http://elapuron.com/noticias/politica/95616/la-masoneria-renace-la-palma-80-anos-despues-exterminio-la-represion-franquista/]
No hay comentarios:
Publicar un comentario