A las puertas de las mil y pico...

  Hoy mi blog está a las puertas de las mil visitas... os escribo unas líneas para agradeceros a todas/os que os paséis por aquí, que me leáis, que disfrutéis y naveguéis en mis versos, cargados de paquetes con porciones de mi alma, pues al fin y al cabo, la poesía no es más que eso, el alma pura y rítmica de una literatura castellana cada vez más castigada y aviejada, pero con la fuerza de los clásicos, la sabiduría de sus líneas, la vigorosidad del 27, las ganas de los nuevos... 

   De verdad, gracias a los que me habéis acompañado en esto, a los que me respondéis a cada e-mail diciendo que os gusta y que lo disfrutáis: de verdad, saber que le llega a los demás es mi mayor satisfacción. Espero que todos sigáis bien, que os pueda seguir abrazando via http a diario, que no nos llueva el ácido de olvidar el corazón, que nos bañemos tibios en el azul jolgorio del que se sabe limpio de culpa... salud, amigas/os, tanto a los que estáis en Argentina, como a los que os sentáis por Rusia, a mi gente en Israel... un poderosísimo beso fraterno a todos... y a los españoles, una caña cuando tercie, hermanas/os mios...

Despedidas

No es necesario que respondas a esta lluvia,

Aunque repita que de fuego

Has manchado mis sábanas,

Que mi almohada recupera a diario

Tu sensible olor a hierba fresca…

Tu sofocante forma de atusarte el cabello.

No es imprescindible que me recuerdes,

No necesito tus otoños,

Mas no quería que pasara un día

Sin reprocharte los amores infinitos

En el lecho de hojarasca

De tus pechos.

Ahora ya sin mas

Restrinjo mi entrada.

No pasarás más por el filo de mi espalda

Ni saborearemos nuestros regalos

De frenesí castigado…

Más eso te digo, adiós. Terminado el recado. 

Luis Díaz