Estoy a unas horas de subirme a un autobús que me llevará a la ciudad de Málaga, primera parada de este viaje de regreso (siempre de regreso, pues es desde donde partí) a Buenavista del Norte. Este, mi pueblo, sigue en la misma franja cultural, allí, indomable, curtido, esperándome, como a todos sus hijos, con los brazos abiertos.
En este viaje, además de mi familia y mis amigos, a los que incluyo en la categoría anterior, me esperan muchas sorpresas, muchos sueños cumplidos y mucha gente "nueva" por conocer, ya que los conozco por medios audiovisuales, pero no en persona. Tengo mucha ilusión de volar ya hasta allá y empezar a disfrutar, aunque me falte gente que se relaciona conmigo a diario y a la que extraño siempre, aunque me separe de ellos horas.
Muchos, pero muchos sentimientos encontrados, serán descubiertos el próximo domingo a las 6:30 h. de la tarde: orgullo, miedo, nerviosismo, respeto... todos unidos para ayudarme, empujándome desde dentro de mí mismo, a llevarle a los mios algo de una importancia para mí altísima, mis versos, que a fin de cuentas, soy yo. A los que no os dio el préstamo de Dios al nacer para llegar a ver esto, espero que lo veáis desde otra parte, los que estáis y lo podréis ver, gracias, también esto es culpa "vuestra". Un abrazo a todos y a contar cada segundo desde este momento. Salud.
Luis Díaz
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