Aunque suene a tópico que tira de espaldas (lo sé, lo he escrito yo y por lo tanto lo he leído antes) este poema de agradecimiento hecho con cierto tono satírico pero con un fondo sentimental más que profundo, es para todos aquellos que han vivido el proceso de la escritura y nacimiento de mi primer poemario, Ocaso en la diáspora, sea a mi lado, de manera abierta, o dando ánimos de manera más solapada. Os aprecio a todos y, a aquellos que os lo leáis, espero que lo disfrutéis tanto o más como yo escribiéndolo. Salud, amigos y amigas.
Es de bien nacido
Dicen las malas lenguas
“es de bien nacido ser agradecido”
Y aprovechando del agobio la tregua
Os agradezco en un soplido:
Al Gran Anghel Morales
Mi apreciado editor
Por ser un gran poeta
Y un mejor seductor
A mis seres más cercanos
Mi pareja, familia, amigos
Por ver al libro crecer desde “enano”
Y permitirme usarles de abrigo.
A esos que huelen
A Durruti y tabaco de liar
Por pegarme a las páginas que duelen
Y ante el amor por el verso hacerme claudicar.
A Nuria Suárez, a Pedro Iguiño,
Por ser mis amigos…
Yo solo os digo:
Siento mucho no haberos tenido de niño.
A Fortunato Bitán Bitán
Por sus apuntes sexagenarios,
Por ser una especie de capitán
De los vidriosos versos de mi breviario.
A mis antiguos profesores,
De anteayer, tiempos de cazadora,
Que me reñían mientras dibujaba cañones…
¿De qué os vale la sintaxis ahora?
Y por último, poco ejercicio de humildad,
Llega el turno de este trovador de estío lejano…
Gracias a las musas por su claridad
Y a mi cuerpo por su mano…
Luis Díaz